La queja, el llanto, el rencor, la rabia, la soledad, la tristeza, la desesperanza son energías que sólo atraen a sus comunes, es decir, más quejas, llantos, problemas. Cuando consigues a alguien así lo correcto es ayudar, para dar luz al caminante y, de vez en cuando, poner el hombro al vencido.
¿Cómo ayudar?
Pero llega la hora en la que dicho caminante debe emprender de nuevo su búsqueda y nuestro trabajo nunca puede ser convertirnos en el bastón de nadie porque lo perjudicaríamos.
¿Qué hacer?
Así que, ¡Levántate ya! y sigue adelante. Que la vida se hizo para vivirla, no para llorarla.
Ricardo Latouche Pardo