Como todos saben, “no todo lo que brilla es Oro”, pero más allá de esta evidencia, pero también es muy cierto que “el Oro, no nos da la felicidad”, recuerdo unas palabras que decía con mucha frecuencia mi abuelo, con respecto a su hermano: ¿amasar, amasar, amasar y cuando tendrá tiempo para vivir?. Este viejito me enseño muchas cosas y en mucho, a él le debo mi vida, pues por un buen periodo, fue, mi padre, mi hermano, y evidentemente ese ¡Viejo Ermitaño! (El Dueño del Conocimiento) que pese a mi renuencia, me enseño como sobrevivir en las lides más complicadas, uno de sus mayores castigos, era ponerme firme, con los brazos a 90 grados y con un monumental tomo de “El Quijote” en castellano antiguo, y con las letras al revés a leer una sola página, “pero sin equivocarme”; quizás alguno de ustedes dirá, ¡pobre niño!, pero les puedo garantizar que pasábamos uno de los mejores momentos del día en estas pequeñas batallas, no podría decir hoy más de 30 años después, si en algún momento propicie estas situaciones para poder escuchar sus atentas correcciones y como de una manera casi mágica para mis ojos, él podía narrarme la historia del jilguero paso a paso sin la necesidad del libro.
Mi abuelo le dio 3 veces la vuelta al mundo viajando, fue empresario, funcionario público, padre, abuelo y perteneció a la escuadra y el compas, pero nunca perdió su manera franca y sencilla, que ante sus otros hermanos, lo hacían ver posiblemente como la moneda de menos brillo o menor denominación, mis tío abuelos, Vivian con grandes lujos, en grandes casas y mis tíos segundos, todos son o han sido personas de cunas relucientes, pero los hijos de Carmita y mi abuelo, consiguieron en su educación, tener hijos de casa, no hijos de internados, tener hijos que saben levantarse y no personas que pagan para que los levanten.
Evidentemente tener abundancia de dinero es bueno, pero el As de Oros, nos habla de muchas riquezas, el amor, los hijos, la educación, la lectura, el teatro, la cultura en general, viajar, explorar, reír y llorar, el mayor de los éxitos y la peor de las derrotas. Todo debe atesorarse dentro de la misma caja fuerte, pero no en el mismo compartimiento. Unas, serán las lecciones que nunca debemos olvidar y por ende nuestro mayor tesoro y por el otro todos los tienfos de la vida, que podremos administrar con cautela, pera siempre poder seguir reponiendo y nunca carecer de ellos. Por último y definitivamente el menos importante, es el tesoro material (el dinero): “Este viene y va” y si nos descuidamos, podemos perder la vida amasando, pero no viviendo.
Mañana en el Amor: Si tienes algo bueno que decir, no te lo calles, pero si lo que tienes que decir es malo, mide tus palabras. En el Dinero: El mayor tesoro en tu vida será el que te puedas llevar el día que partas de este plano. En la Salud: nunca te eches a la boca, más de lo que puedes masticar.
Que Dios los bendiga, feliz día y un fuerte abrazo
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