Nota importante:
En Cada entrada interpretamos una baraja diferente del Tarot. A través de Daniel, sus peripecias y lecciones de vida conectamos directamente con la interpretación de las cartas.
Las fui realizando cada día y retirando las anteriores cartas, pese a que algunas, decidieron repetir más no así en la historia. Espero que las disfruten y veremos que nuevas sorpresas nos trae “El Tarot” para el Futuro.
Que Dios los bendiga.
LA TORRE
Después de más de quince días de intensas lluvias, el muro derecho del templo terminó por ceder. En ese momento, todos en el templo se encontraban en meditación tras las charlas de la cena. De repente, un campesino entró con la mala noticia, pero con gran sigilo, el “Prior” le hizo una señal para que se retirara. Al concluir la meditación, el “Hierofante” comunicó lo sucedido con el viejo muro. Los jóvenes se mostraban consternados, mientras que los maestros se reunieron de inmediato. Luego de unos minutos, convocaron a todos a una reunión.
Dado que las paredes del muro estaban húmedas y debilitadas, se decidió que los próximos sesenta días se destinarían a desmantelar todo el muro circundante del pueblo. Cada piedra debía ser trasladada cien pasos más allá de las afueras. Los pupilos se indignaron de inmediato, considerando la tarea innecesaria. Para ellos, lo más lógico era reparar el muro antes de que todo se derrumbara. Como siempre, nuestro amigo Daniel fue quien tomó la palabra:
—Maestros, es ridículo en plena temporada de monzones terminar de debilitar nuestros muros y exponernos a las fieras y la intemperie.
—Joven Daniel, pupilos —respondió el maestro—, durante los monzones la caza aumenta, y las fieras no necesitan acercarse a las ciudades. Los muros son viejos y están frágiles. Si reparamos este muro hoy, mañana tendremos que reparar otro. Pero, si aprovechamos para desmantelarlo ahora en invierno y esperamos a que la tierra se seque en primavera y verano, podremos reconstruirlo doscientos pies más allá del templo. Así, permitiremos la construcción de nuevos baños y aposentos para alojar a 1,200 jóvenes más en los próximos veinte años. Podremos construir dos nuevos silos para almacenar grano; en vez de espacio para seis bestias, tendremos para cuarenta. Y los campesinos que antes debían quedarse fuera durante las calamidades, ahora tendrán un lugar seguro para refugiarse. Además, alejaremos el templo de posibles incendios intencionados.
Ante la explicación del maestro, las bocas quedaron abiertas en asombro. Daniel, quien había sido el portavoz, se encontraba sin palabras frente a su maestro. Tras unos segundos, preguntó, temeroso de la respuesta:
—¿Y por qué no lo hacemos a 150 o 200 pies en vez de cien?
Los maestros, sin pensarlo, comenzaron a reír por la reacción favorable del muchacho, quien antes no veía necesario el trabajo manual y ahora proponía llevar la tarea aún más allá.
—Jóvenes, cada pie que movemos los muros exteriores del templo es espacio que le robamos a la montaña, a los árboles, a las aves y a los animales. Ese espacio siempre estará allí para cuando lo necesitemos, pero también es el espacio de nuestro huerto, que nos da alimento, de las vacas, que nos dan leche, y de las plantas, que absorben el agua de las lluvias. Nunca se debe tomar más de lo que se necesita, porque lo que hoy quitas, mañana te hará falta, y ya lo habrás perdido. En cambio, si solo tomas lo justo y conservas el resto, tendrás lo que necesites para siempre. Y, queridos jóvenes, por cada paso que avancemos, hemos de sembrar tres árboles para las futuras generaciones. Recuerden, aprendices: “Toda desgracia trae consigo una oportunidad.” …La Torre.
Torre en el Amor: El que se acostumbra a hablar, tiene poco tiempo para escuchar.
En el Dinero: Todo en la vida es una oportunidad de cambio para mejorar.
En la Salud: poner énfasis en cuidar la vista por lo que queda de mes.
Que Dios los bendiga, feliz día y un abrazo
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