Nota importante:

En Cada entrada interpretamos una baraja diferente del Tarot,  A través de Daniel, sus peripecias y lecciones de vida conectamos directamente con la interpretación de las cartas.

Las fui realizando cada día y retirando las anteriores cartas, pese a que algunas, decidieron repetir más no así en la historia. Espero que las disfruten y veremos que nuevas sorpresas nos trae “El Tarot” para el Futuro.

Que Dios los bendiga.

LA MUERTE

En las comarcas cercanas, un viento frío inusual había desatado una gripe que no solo atacaba a las personas, sino que también afectaba a los animales y las bestias, quienes caían de la noche a la mañana. En el monasterio ya no cabían más enfermos, y, por desgracia, esta peste se ensañaba especialmente con los más viejos y los niños. Por primera vez se hablaba en el templo sobre qué tipo de nube gris había caído sobre esas tierras. ¿Qué le puede deber un ser al cielo para recibir tal castigo?, se preguntaba uno de los monjes.

“El Prior” llevaba una semana en una profunda catarsis y había pedido que no se le molestara, pues estaba en meditación. Los jóvenes, los únicos que quedaban en pie, llevaban días sin dormir y ya no daban abasto, mientras continuaban llegando más personas. Todos los maestros y consejeros padecían junto al resto. La moral de los monjes empeoraba cada día, hasta que uno de los más jóvenes, molesto, lanzó un grito sonoro: “No podemos seguir así; debemos elegir un nuevo superior, un Prior de emergencia, y todos debemos obedecer su mandato sin rechistar”. Como por arte de magia, todos se voltearon a mirar a Daniel.

—Yo preferiría que fuera otro —dijo Daniel—, no tengo idea de lo que debo hacer y no quiero ser responsable de la vida de nadie; mis errores pueden ser karmas que llevaré a la eternidad.

—Discúlpame, hermano, en ese caso el karma será nuestro por imponerte esta responsabilidad. Pero con el tiempo hemos aprendido que tu alma es mucho más grande que tu cuerpo. Al decidir elegirte, no pensamos en el hombre, sino en el ser que yace en ti.

Después de escuchar esto, Daniel cerró los ojos por unos segundos y luego dijo: —Dejen solos a los enfermos y cubran todas las ventanas con lienzos densos. Los mayores, preparen tantos fuegos como puedan y traigan todas las ollas, pailas o cualquier cosa en la que podamos hervir agua. Consigan hojas de limón, menta, eucalipto, lavanda y citronela. Pongan una hoguera con agua hirviendo cada cinco metros y coloquen a todos los enfermos en el gran salón de reuniones.

En ese momento, otro monje replicó: —Allí no deben entrar personas ajenas al templo, a menos que las invite el Prior.

Y Daniel, sin cortarse un pelo, le respondió: —Pues yo soy el Prior, y he dado una orden. Envía a alguien del pueblo a matar 25 gallinas, que las limpien, separen las carnes y las pongan en el agua cortadas en pequeños trozos. Los huesos deben triturarlos lo más posible y hacer pequeñas bolsas para hervirlos junto con el resto. Consigan los tubérculos que puedan, sal, pimienta y un surtido de hierbas aromáticas. Deben hacer un caldo fuerte pero agradable, y dar a todos una taza cada tres horas. Recuerden que la Muerte nos pide cambiar las cosas, aprender a poner nuestro mundo patas arriba en el menor tiempo posible. Para cambiar algo, no se puede hacer lo mismo de siempre.

Con estas palabras, todos los monjes y la gente del pueblo se afanaron en cumplir sus decretos. Al final de la tarde, agotados, cayeron profundamente dormidos, y nadie quedó despierto para cuidar de los enfermos. Con el canto de los gallos llegó la luz, y una a una las camas fueron quedando vacías. Cuando Daniel despertó, su cuerpo se estremeció de puro dolor al verse solo, con las camas desnudas y sin nadie a su alrededor.

“El mayor fracaso… todos muertos y abandonado por mis hermanos”, pensó, sintiendo un dolor indescriptible. Una vez más su alma crujía en pedazos. Pero de pronto sus sentidos comenzaron a activarse y escuchó un mar de risas y gritos alegres que anunciaban la vida misma de un pueblo al que amaba. Al salir del gran salón, lo esperaba el Prior:

—Daniel, en otras vidas debes haber sido muy malo o muy bueno; eso lo dejo en manos del creador. Pero en esta vida demuestras en cada acto que eres un ser prestado a este mundo. No te engrandezcas, pues no hablo con tu indigna persona, sino con el ser que te acompaña. Has tenido que tomar otra vez decisiones amargas, pero mira: aquello que hace solo 24 horas algunos entregaban al demonio, lo has revertido con esencias y buen caldo. Debemos registrar esta receta y pasarla a todas las provincias para que esto no vuelva a suceder.

(La Muerte, la transmutación. Si no te gusta algo, cambia lo que haces).

La Muerte en el Amor:  Honra a tus familiares fallecidos; no llores, alégrate de sus enseñanzas y de los buenos momentos. Si quieres, en su memoria… coloca un platito con frutas, algunas flores, un vasito de agua, un poquito de café o té junto a una vela  (recuerda ser cuidadoso al colocarla). Dales gracias, y, por favor, no llores. Simplemente cuéntales las cosas lindas, y en la mañana recoge todo.

En el Dinero: Cuídate de estafas, carteristas y arrebatos. No salgas con mucho dinero estos días.

En la Salud: Recuperaciones, buenos momentos y alegrías.

Que Dios los bendiga, feliz fin de semana, un fuerte abrazo para todos y mil gracias a mis padres y mis abuelos que me cuidan desde el cielo.

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