Nota importante:

En Cada entrada interpretamos una baraja diferente del Tarot,  A través de Daniel, sus peripecias y lecciones de vida conectamos directamente con la interpretación de las cartas.

Las fui realizando cada día y retirando las anteriores cartas, pese a que algunas, decidieron repetir más no así en la historia. Espero que las disfruten y veremos que nuevas sorpresas nos trae “El Tarot” para el Futuro.

Que Dios los bendiga.

LA LUNA

Maestro Cronos, quiero saber: ¿Por qué, con la llegada de la noche, siento miedo de la oscuridad? Y aunque trato de mantenerme despierto, siempre termino quedándome dormido.

— Daniel —respondió el Maestro, sonriendo con sabiduría—. La umbra da paso a la penumbra, y con ella nacen los sonidos del silencio. Aunque parezca una paradoja, lo que antes estaba oculto, con la oscuridad se vuelve evidente. Nuestra vista se apaga, y en su lugar despiertan otras sensaciones. Poco a poco, el cuerpo se relaja, y Mercurio, ese niño travieso que todos llevamos dentro, se rinde ante la calma para dar paso a La Luna y Neptuno, quienes traen el sueño reparador. Así, Daniel, al cerrar los ojos, nos sumergimos en el descanso y permitimos que nuestro cuerpo recupere fuerzas. Cada pensamiento y acción del día es atesorado y almacenado en la mente donde corresponde. Entonces, pequeño novicio, ha llegado la hora de cerrar los ojos y esperar el amanecer.

Maestro, —replicó Daniel con un hilo de voz—. ¿Pero no se dice que en la oscuridad se esconde la maldad, que los enemigos acechan y que el alma abandona el cuerpo y podría no regresar?

En ese momento, los demás niños, acostados en sus humildes camas de tablas, se removieron, atentos a la respuesta del anciano Maestro Cronos.

— Daniel, mira el revuelo que provocas con tus preguntas inquietantes. ¡Niños, a callar! O se llevarán una reprimenda del Prior. Pequeños, cuando el alma sale del cuerpo, solo va a donde es guiada. El único miedo que debe habitar sus corazones es el de caer en la injusticia, la corrupción o la envidia, porque ningún mal puede destruir el bien. En cuanto a los enemigos, es cierto que, si actúan con inquina o rencor, pueden atraer algún tipo de amenaza. Pero recuerden, un monje no posee nada más que sus pensamientos, y eso no puede ser robado.

La Luna —continuó el Maestro— trae consigo los miedos internos, los temores que llevamos dentro. Ese es el verdadero enemigo: nuestro miedo. Es una puerta que deben aprender a abrir y a cerrar con sabiduría. Si se vuelven excesivamente confiados, pueden ser presa de un peligro inesperado; pero si dejan que sus sentidos se desborden en la oscuridad, incluso el aleteo de una mosca les parecerá una amenaza. Recuerden, la oscuridad solo existe en el corazón de las personas.

La Luna en el Amor: Todos tenemos un Dr. Jekyll y Míster Hyde, pero eso no nos da derecho a dar rienda suelta a las fantasías, ni para bien, y menos aún para el mal, todo debe comenzar por un respeto.

En el Dinero: pronto llegaran mejores momentos.

En La Salud: Evite excesos de toda índole, pero en especial, de alimentos.

Feliz día y un gran abrazo

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