Nota importante:

En Cada entrada interpretamos una baraja diferente del Tarot,  A través de Daniel, sus peripecias y lecciones de vida conectamos directamente con la interpretación de las cartas.

Las fui realizando cada día y retirando las anteriores cartas, pese a que algunas, decidieron repetir más no así en la historia. Espero que las disfruten y veremos que nuevas sorpresas nos trae “El Tarot” para el Futuro.

Que Dios los bendiga.

LA EMPERATRIZ

Pasada la medianoche, un estruendo rompió la paz del lugar. Alguien tocaba la puerta del monasterio, y las aldabas resonaban como campanas. A lo lejos, entre sollozos, se escuchaban los gritos de una mujer. Dos jóvenes se apresuraron a la entrada para averiguar qué sucedía, mientras otros maestros despertaban al viejo Prior.

Al abrir el pórtico, encontraron a una mujer desgarbada, retorciéndose en el suelo. Daniel se quedó impresionado; era la misma mujer que el día anterior había llevado a su hijo al monasterio, alegando que no podía criarlo. El joven intentó levantar a la debilitada mujer, pero sus fuerzas la abandonaban cada vez más. Ella solo sollozaba, como la brisa en una noche de penumbras, dejando escapar un dolor indescriptible desde lo más profundo de sus entrañas.

Al levantarse, el Sumo Sacerdote les dijo a los jóvenes que estaban en su habitación: «Rápido, no pierdan tiempo, busquen al niño que nos dejaron ayer.» Los maestros se miraron entre sí, sorprendidos; nada le habían dicho al viejo maestro, y sin embargo, él parecía intuir algo que a todos los demás se les escapaba. En pocos minutos, el Prior se acercó a la mujer, la abrazó y le dijo: «Mujer, seca tu llanto. Aquí está tu hijo, nadie te lo ha quitado, y eres libre de llevártelo contigo. No te preocupes, calma tu alma y vete en paz.»

Los jóvenes no comprendían nada, ni la reacción del Maestro ni la de la mujer, pero antes de que pudieran hacer alguna pregunta, el Prior les pidió que se sentaran a su alrededor y continuó diciendo:

«Amados maestros, lo que aquí han presenciado es el dolor de una madre, un desgarro que, como habrán sentido, rompe hasta el corazón más duro. Esta será una de las experiencias más hermosas y dolorosas que verán en sus vidas. Pero no se equivoquen: en ese mismo acto también hemos sido testigos de una de las facetas más oscuras del ser humano, y es la ilusión de tener derechos sobre otros. Esta mujer tocó nuestras puertas para dejar a su hijo porque se moría de hambre, y ahora, 48 horas después, se lo lleva para que muera con ella.

Debemos aprender que, por más amor o deseo que sintamos por alguien, también tenemos que respetar su derecho individual. Ella, como madre, ha fallado en este momento. Otra cosa hubiera sido si también hubiese pedido asilo, pero, lamentablemente, hemos presenciado uno de los actos de egoísmo más terribles de la humanidad. Ser madre debería significar amor, pero nunca un sentido de posesión. Deben recordar que ningún ser pertenece a otro; todos somos individuos, y una madre es simplemente el vehículo para traer otra vida. Nuestra responsabilidad termina en el instante en que nuestro supuesto derecho nos nubla la mente.»

La Emperatriz… Amor de madre pero no totalitarismo.

Emperatriz  en el Amor: Da de ti lo que quieras pero no pidas por retribución el mismo sacrificio, eso es una utopía.

En el Dinero: No pierdas el tiempo quejándote, o es que no ves las oportunidades de un cambio que desperdicias.

En la Salud: Cuando te molestas porque los demás no cambian, te conviertes en parte del problema. Simplemente si no te conviene, suelta.

Feliz día y un fuerte abrazo.

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