Nota importante:

En Cada entrada interpretamos una baraja diferente del Tarot,  A través de Daniel, sus peripecias y lecciones de vida conectamos directamente con la interpretación de las cartas.

Las fui realizando cada día y retirando las anteriores cartas, pese a que algunas, decidieron repetir más no así en la historia. Espero que las disfruten y veremos que nuevas sorpresas nos trae “El Tarot” para el Futuro.

Que Dios los bendiga.

EL ERMITAÑO

La leyenda en el templo hablaba de un monje en la gran montaña de las pagodas que no había comido ni bebido en más de cien años. Esto me intrigaba profundamente, ya que no conocía a nadie tan anciano y no podía entender cómo alguien podría vivir sin alimento. Sin embargo, a los discípulos nos estaba prohibido ir al valle de los tigres, el único camino hacia las cordilleras místicas donde, según decían, habitaba este monje.

Un día, reuní el valor para preguntarle a mi maestro si aquella historia era cierta. Su respuesta fue tan sorprendente como críptica: “Daniel, ve en tu corazón.” Y eso fue todo.

Pasaron los años, y un día, un monje anciano llegó al monasterio y causó gran revuelo entre los superiores. De inmediato, se reunió el consejo, pero solo el prior y algunos maestros pudieron asistir a tan extraordinaria reunión. Al poco tiempo, 16 maestros partieron hacia los 16 puntos cardinales de la rosa de los vientos. Mi maestro, visiblemente apurado, se acercó y me dijo: “Toma tus sandalias y el callado; debemos partir al nor-noreste (30°) para entregar un mensaje urgente. Tal vez alguno de nosotros o ambos perdamos la vida en el camino. Pero recuerda lo que has aprendido y confía en la luz de tu corazón, en el callado que representa las enseñanzas de todos los maestros, y en tus sandalias, que son los pasos que ya has dado y los que aún darás en la vida.”

Al salir, se nos dio un pequeño saco con provisiones: un cuenco de arroz para alimentar el cuerpo, un poco de mantequilla para comer, iluminarnos y sanar heridas, una cucharada de sal para pagar las deudas del camino, y algunas hojas de té para dar sabor a nuestras conversaciones en las noches. Al poco de partir, pregunté a mi maestro qué ocurría. Él respondió: “Daniel, guarda silencio y escucha tu corazón. Ahora más que nunca, debe estar en paz. Nuestra misión es encontrar al monje centenario y entregarle un mensaje.”

Tras tres días de caminata, mi maestro me dijo: “Daniel, siéntate y medita.” De repente, nos vimos rodeados de fieras que jugueteaban a nuestro alrededor como si fueran pequeños gatos. Recordando la sal que llevaba, la ofrecí a los felinos, y pronto se apartaron de nosotros, permitiéndonos proseguir en nuestra misión. Una semana después, llegamos a una empinada meseta adornada con pagodas: cada 45 pasos una pequeña y, cada 25 pagodas pequeñas, una de 75 metros de altura. Un joven monje, vestido de blanco, salió a recibirnos, y mi maestro lo abrazó afectuosamente, lo cual me sorprendió, ya que el joven parecía menor que yo y jamás había visto a mi tutor tan cercano a nadie.

Después de un rato, me llamaron y se me indicó buscar en una cueva las ropas, el callado y las sandalias del joven. Al entrar en la gruta, una centella recorrió mi cuerpo, dejándome aturdido. Me levanté del suelo y salí apresuradamente. Para mi asombro, al salir, el joven ante mis ojos se transformó en un anciano desgarbado y casi esquelético. Se volvió hacia mí y dijo: “Yo soy a quien has venido a buscar. Antes viste el ‘cuerpo de mi alma’, el que me hace sentir como un niño; por eso vivo aquí, para seguir jugando y siendo feliz. Ahora ves mi cuerpo físico, que tiene 175 años y se alimenta únicamente del amor que mi niño interior conserva. Este es y seguirá siendo uno de los grandes misterios de la vida.”

RICARDO LATOUCHE PARDO

El Ermitaño en el Amor: Toda palabra que brote de ti debe estar envuelta de amor, recuerda que la vida se rige por la ley de causa y efecto.

En El Dinero: Aquel que ambiciona más cada día, desgasta su alma al doble de la velocidad que su cuerpo, cuando considere que ya tiene suficiente, no tendrá salud para disfrutarlo.

En la Salud: Si conservas tu alma joven tu cuerpo no envejecerá

Feliz fin de semana y un fuerte abrazo

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