Nota importante:

En Cada entrada interpretamos una baraja diferente del Tarot,  A través de Daniel, sus peripecias y lecciones de vida conectamos directamente con la interpretación de las cartas.

Las fui realizando cada día y retirando las anteriores cartas, pese a que algunas, decidieron repetir más no así en la historia. Espero que las disfruten y veremos que nuevas sorpresas nos trae “El Tarot” para el Futuro.

Que Dios los bendiga.

EL CARRO

— ¿Maestro, por qué, si escucho a todos y hago lo que todos me dicen y como me lo dicen, mi vida es un desastre?

Después de oír la pregunta, el maestro soltó una carcajada que resonó en todas las paredes del templo. Indignado, Daniel se retiró a sus aposentos, vociferando en contra de su mentor. Al ver la reacción de su aprendiz, el viejo tomó una decisión que muchos considerarían desproporcionada. Llamó a dos sirvientes del templo y les ordenó recoger todas las pertenencias del joven y expulsarlo de inmediato. Dio una instrucción estricta: si Daniel se acercaba a menos de cincuenta metros del templo, todos debían arrojarle una piedra.

Daniel, abatido, partió sin rumbo definido, caminando por las frías montañas, buscando algún refugio. Pasaron tres días, y el frío ya le calaba hasta los huesos. El hambre era un dolor constante en lo que antes fueran sus tripas, y ya ni lágrimas le quedaban para consolarse. Fue entonces cuando tomó una decisión: regresar al templo y enfrentar al maestro, dispuesto a correr el riesgo de morir apedreado. Así, llegó al monasterio alrededor de las ocho de la noche, caminando en penumbras para evitar las piedras. Una vez allí, tocó la puerta del templo y pidió hablar con el consejo de ancianos para exponer la injusticia que, en su opinión, había sufrido.

Los mayores lo escucharon en silencio, y al finalizar su relato, el anciano prior del claustro llamó ante sí al maestro de Daniel y lo felicitó.

— Pero… ¡esto es una injusticia! —clamó Daniel, incapaz de contenerse.

El prior alzó la mano para que guardara silencio y luego habló con firmeza:

— Daniel, he felicitado a tu maestro por su gran labor. Ante él se presentó un joven sin iniciativa, que se quejaba de su fracaso por no poder satisfacer los deseos de los demás, inseguro de sí mismo y sin rumbo. Un joven que, de seguir por esa senda, jamás podría construir el camino de su propia verdad. Y sin embargo, han sido suficientes 72 horas para devolvernos a una persona con determinación, alguien que toma sus propias decisiones, alguien que sabe lo que quiere, alguien que expone con claridad y firmeza sus razones. Ahora sí tenemos ante nosotros a un hombre que ha tomado las riendas de su vida …El Carro.

El Carro en el Amor: Las buenas acciones hacen corazones. No todo lo que nos parece bueno lo es y no todo lo que nos parece malo, termina siéndolo.

En el Dinero: En muchos casos no basta con la voluntad o con querer complacer a los demás.

En la salud: Es importante salir de casa al menos 30 minutos al día, está sola acción puede sanar la mayoría de los padecimientos.

Un gran abrazo, feliz semana.

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