Nota importante:

En Cada entrada interpretamos una baraja diferente del Tarot,  A través de Daniel, sus peripecias y lecciones de vida conectamos directamente con la interpretación de las cartas.

Las fui realizando cada día y retirando las anteriores cartas, pese a que algunas, decidieron repetir más no así en la historia. Espero que las disfruten y veremos que nuevas sorpresas nos trae “El Tarot” para el Futuro.

Que Dios los bendiga.

AS DE OROS

Durante muchos años, se hablaba de un muchacho del pueblo que partió a la gran ciudad en busca del éxito. Aquel niño había sobrevivido a todo tipo de adversidades y, desde los 22 años, fue acogido en el templo. Sin embargo, nunca quiso tomar los votos; todo en su mente giraba en torno al triunfo, los dólares, los euros, los millones y las riquezas. No importaba con qué jugara, siempre dejaba ver su deseo de éxito, lo que provocaba burlas entre algunos por su particular forma de ver la vida.

Un día, un lujoso vehículo se presentó en el templo, acompañado de docenas de camiones cargados con todo tipo de dádivas. De la limusina emergió un hombre misterioso, envuelto en un elegante traje blanco de lino, con una corbata de seda y un sombrero de estilo mafioso. Con voz firme, pidió ser recibido por El Prior y solicitó la presencia del maestro Daniel y Mathias.

El alboroto atrajo rápidamente a los habitantes de la comarca, que se arremolinaron para ver lo que ocurría. Sentado en el suelo, el anciano Prior observó con atención al visitante, quien, al estar a unos diez metros de distancia, rompió en llanto y corrió como un niño hasta sus pies.

—¡Maestro, soy yo! —exclamó el pequeño Chu Han, el hijo de la recolectora de té que se llevaron las aguas—. He venido a cumplir mi promesa. Aquí estoy… Soy millonario y tengo en Hong Kong una de las empresas tecnológicas más prestigiosas del mundo.

Con emoción contenida, continuó:

—Cuando me fui, trabajé en los campos hasta terminar mis estudios como ingeniero y abogado, y ahora curso mi cuarto año de medicina. Solo contrato a personas de bajos recursos y las obligo a estudiar, dándoles incentivos. He construido cientos de edificios para mis empleados y sus familias, mis insumos son en un 70% reciclados y, cada año, destino el 10% de mis beneficios a quienes trabajan para mí y otro 15% a donativos para los pueblos. Este año obtuve ganancias por 1,000 millones de dólares y he traído enseres, maquinaria, materiales de construcción, tejas, tuberías… Todo lo necesario para transformar este pueblo en una pequeña ciudad.

Hizo una pausa y, con tono serio, agregó:

—Pero mi experiencia me ha enseñado que estos cambios solo despiertan la ambición de unos pocos. Por eso, todo será entregado al templo.

Levantó la vista hacia el Prior y declaró con firmeza:

—Exigiré algunas condiciones: Daniel y Mathias serán los encargados de la distribución. He traído 100 obreros que ayudarán en todo lo necesario, pero ninguna pared será levantada si los beneficiados no contribuyen en su construcción. También traigo todo lo necesario para edificar un pequeño hospital, pero es imprescindible que tres monjes y tres monjas viajen conmigo a estudiar enfermería; uno más, medicina; otro, odontología; dos, abogacía y uno más, derecho. Todos deben haber recibido sus votos y ser mayores de 30 años para que comprendan por qué deben regresar aquí y no quedarse en la ciudad. Si me lo permite, Prior, quiero que construyamos una escuela de grado superior para formar a los jóvenes.

Hizo una pausa, respiró hondo y prosiguió:

—Mi terquedad me llevó al éxito que siempre soñé, pero el precio fue alto. El mundo allá afuera está lleno de rapaces, y he sobrevivido porque les hice una promesa. Fui violado, mancillado, robado, ultrajado… hasta que por fin comprendí cómo funcionaban las cosas. Por eso, me he propuesto evitar que otros sufran lo mismo.

Se giró hacia Daniel con una leve sonrisa:

—Pasé por la casa de tu madre. He puesto a tus hermanos menores en otra escuela y ella será atendida como una reina. Dos mujeres jóvenes y viudas cuidarán de ella. Todo esto porque siempre me dijiste: «Persigue tus sueños», y si tienes problemas, «refúgiate en Buda.»

Tomó aire y, con voz quebrada, confesó:

—Después de tanto dolor, quise quitarme la vida, pero terminé tocando las puertas de otro monasterio. Para mi sorpresa, el Prior de aquel templo también se llamaba Daniel. Cuando le conté mi historia y mi ira, simplemente me dijo: «Persigue tus sueños y deja aquí tu dolor.»

Hizo una pausa y, con los ojos llenos de gratitud, concluyó:

—Él pagó mis primeros estudios.

As de Oros…El triunfo por mérito propio.

El As de Oros es una carta muy poderosa en el Tarot, a menudo asociada con nuevas oportunidades y el potencial de los nuevos comienzos.

Un fuerte abrazo

Sígueme en:

Youtube → http://goo.gl/MaOw4

WhattApp contacto e información: +34 646 642 692