Nota importante:
En Cada entrada interpretamos una baraja diferente del Tarot, A través de Daniel, sus peripecias y lecciones de vida conectamos directamente con la interpretación de las cartas.
Las fui realizando cada día y retirando las anteriores cartas, pese a que algunas, decidieron repetir más no así en la historia. Espero que las disfruten y veremos que nuevas sorpresas nos trae “El Tarot” para el Futuro.
Que Dios los bendiga.
8 DE OROS
Daniel, como buen joven, era amigo de todos, pero en especial de la hija del molinero. Ella era alguien muy especial; cuando el joven maestro era aún un niño, esta chica era la única que jugaba con él en sus ratos de ocio. Con el paso del tiempo, esa amistad se afianzó, pero Daniel veía con preocupación que la joven cada día se volvía más agresiva y amargada. Llegó a tratar tan mal a los campesinos que estos se iban a los pueblos circundantes para moler su trigo. Poco a poco, el negocio se apagaba, como el alma de “Azahar”.
Un día, sin poder contener un poco de enojo o ímpetu, Daniel la interpelo: “¿Azahar, y a ti qué te pasa? Lo tienes todo: eres joven, guapa, popular, tienes a tus padres, vives bien, tienes dinero, pero cada segundo que pasa, te vuelves más insoportable”.
Como no podía ser de otra manera, la joven echó a llorar en un mar de lágrimas, agarró un saco y se lo abalanzó al monje, dejándolo aturdido y cubierto de una fina capa de harina. Desde luego, esa estampa calmó de inmediato los ánimos, y Azahar se tiró al piso, desternillada de risa. Daniel, como un fantasma, solo alcanzaba a ver una espesa neblina, y de él solo se veían unos ojazos negros y una bemba que escupía polvillo blanco por doquier. Una vez sosegados los nervios y después de dar un buen cepillado a la túnica del joven, ella se confesó a su amigo.
“Daniel, estoy muy cansada. Tienes razón en que lo tengo todo; más suerte en la vida no pido, pero me hace falta todo para vivir. Me estoy secando como una planta sin agua. Ya tengo 35 años y no he besado a ningún hombre. Jamás he salido de las afueras del pueblo. Mi único amigo eres tú. Mis padres ya son ancianos, y el molino se convierte cada vez en una cárcel más grande. Todo lo que antes amaba, hoy lo odio. El dinero no me puede dar ninguna satisfacción. Si me compro una gran joya, ¿para qué me sirve si no se la puedo enseñar a nadie? Me hacen falta hijos para verlos crecer. No tienes idea del dolor que siente una mujer cuando solo ve crecer a los niños de los demás. No tengo a quién cocinarle, ni a quién enseñar los secretos de mi oficio. Cada día que abro el molino es un día más de mi vida que se apaga”.
Ante estas palabras, Daniel se quedó impresionado. Siempre pensó que ella era la mujer más feliz de la comarca, pues tenía todo lo que las demás deseaban, pero evidentemente no lo que ella quería. “Azahar, bella amiga y hermana, tus palabras entran en mí como un tizón ardiente y comprendo el dolor de tu alma. Mi consejo, si es que cabe alguno, es que abras tu corazón de nuevo. Si en tu mente solo hay caos, es eso lo que podrás cosechar. Pero si desde hoy mismo vienes al molino sintiéndote una mujer bella y amable, y si cuando veas a un hombre que te guste, lo imaginas en tu regazo y dándote el caldo que da la vida, pronto cambiarás tu presente por otro. Pero en algún momento de tu pasado renunciaste a todo ello y te convertiste solo en la hija del molinero”.
8 de Oros en el Amor: No todo lo que Brilla es oro.
8 De Oros en el Dinero: El dinero no lo paga todo.
8 de Oros En la Salud: Hacer lo que no amas, mata más rápido que una enfermedad.
Feliz inicio de semana, que Dios los bendiga y un fuerte abrazo
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