Nota importante:
En Cada entrada interpretamos una baraja diferente del Tarot, A través de Daniel, sus peripecias y lecciones de vida conectamos directamente con la interpretación de las cartas.
Las fui realizando cada día y retirando las anteriores cartas, pese a que algunas, decidieron repetir más no así en la historia. Espero que las disfruten y veremos que nuevas sorpresas nos trae “El Tarot” para el Futuro.
Que Dios los bendiga.
8 DE COPAS
Un día se presentó en el monasterio un periodista extranjero que quería saber más sobre la cultura budista. Le habían hablado de un joven muy especial y de un «Prior» que, según se decía, podía tener más de 100 años. El hombre había hecho una gran travesía a pie: China, Vietnam, Laos, Myanmar, Bangladés, Bután, India y, por fin, Nepal. Desde un principio, le dijeron en Europa que solo sabían que era un niño llamado Daniel. Cuando escuchó las anécdotas, no podía creer lo que narraban. Más de tres años yendo de monasterio en monasterio, todos conocían al niño y al anciano, pero lamentablemente no podían decir de dónde provenían las historias, ya que los monjes eran tan sencillos que, en realidad, no se sabía si era simplemente un mito.
Al ser recibido por el «Sumo Sacerdote» y confirmar que había llegado a su destino, el periodista se desmayó y comenzó a sufrir una fuerte y pertinaz fiebre que le duró casi una semana. Una vez despertó y se sintió más recuperado, le pidió a su joven cuidador que lo llevara de nuevo con el anciano. Allí comenzó su interrogatorio: edad, filosofía, otras creencias, alimentación, temores, experiencias sentimentales, cómo se sentía con su alto cargo. Después de una ininterrumpida e insoportable entrevista, el anciano le preguntó a su interlocutor: “¿Y usted, qué ha venido a buscar tan lejos? ¿A un viejo, a un niño o a usted?”
El investigador se echó a reír y, pasados unos segundos, de sus ojos comenzaron a salir lágrimas ahogadas. El mundo exterior lo consumía cada día: las noticias de estudiantes fallecidos, de presos asesinados sin ton ni son, y él simplemente buscaba y buscaba, sin poder huir.
—¡No lo sé! Estoy muy perdido y quiero ayuda. Hace años que siento que nada representa para mí un reto. He estado caminando para llegar aquí, pero desde que salí de casa sabía que, si existían, los encontraría. No consigo nada que mantenga entretenida a mi mente «para escapar» y me aburro de mí mismo. Pensé que hablando con usted o con el joven Daniel podría cambiar algo, pero aún no lo conozco y ni siquiera sé si es un mito. Al único monje que he visto es a este que no se despega de mí desde que llegué y que me cuida como si yo me fuese a romper. ¿Será posible, «viejo Sabio», que me permitan conocer al tan nombrado monje?
—¿Y qué quieres saber de mí? —le dice Daniel—. Te abrí las puertas del monasterio, te conduje al “Prior”, he lavado tus carnes y te he cuidado en tus delirios. Te he alimentado, y en ningún instante me has preguntado nada. Tienes razón: tienes tanto tiempo buscando fuera lo que realmente deberías buscar dentro. Yo no tengo nada que decirte porque no soy nadie y ninguna fama tengo. Hago lo que se me manda y trato a los otros como me gusta que me traten. Mi mayor suerte es saberme vivo cada amanecer; mi mayor orgullo, la gente, la humanidad; mi único vicio es regocijarme en Dios. Mi edad carece de importancia. ¿Qué es lo que más deseo de la vida? Amar a mi prójimo. ¿Y si albergo algún miedo o temor? Posiblemente sería no tener nada que hacer o las injusticias humanas.
8 de Copas… Aceptar, madurar y por ende trascender a los problemas.
8 de copas en el Amor: El miedo es una derrota anticipada.
En el Dinero: nunca des nada por sentado hasta confirmarlo tú mismo.
En la Salud: uno de los peores pecados del ser humano es la vanagloria.
Un fuerte abrazo y feliz día.
Sígueme en:
Youtube → http://goo.gl/MaOw4
WhatsApp contacto e informacón: +34 646 642 692