Nota importante:

En Cada entrada  interpretamos  una baraja diferente del Tarot,  A través de Daniel, sus peripecias y lecciones de vida conectamos directamente con la interpretación de las cartas.

Las fui realizando cada día y retirando las anteriores cartas, pese a que algunas, decidieron repetir más no así en la historia. Espero que las disfruten y veremos que nuevas sorpresas nos trae “El Tarot” para el Futuro.

Que Dios los bendiga.

4 DE ESPADAS

Durante más de mil años, las reglas del monasterio se mantuvieron inalterables, como si el tiempo hubiera pasado de largo ante sus muros. Pero, como sucede con todo lo que forma parte de este mundo, llegó el momento en que las nuevas tecnologías tocaron a su puerta. Lo más asombroso de todo fue la llegada de la LUZ. Ante tal avance, no había marcha atrás: un cambio radical se hacía necesario. Fue entonces cuando Daniel, el joven Prior, tomó la decisión de explorar los beneficios y peligros de estos «modernismos». Pero, como era de esperar, los maestros más rígidos y el Consejo de Ancianos no tardaron en mostrar su rechazo, horrorizados ante la posibilidad de que el monasterio abandonara sus viejas costumbres.

El conflicto duró casi un mes, lleno de tensiones y enfrentamientos. Sin embargo, El Joven Maestro —con una tenacidad que solo la juventud puede sostener— consiguió finalmente un voto de confianza. Así, se autorizó la entrada de nuevas ideas y, poco a poco, el antiguo monasterio, que alguna vez había sido un bastión de tradición y silencio, comenzó a parecerse más a una feria. Caravanas de comerciantes llegaban sin cesar, trayendo toda clase de artilugios, de esos que, según decían, hacían la vida más fácil.

Pasaron seis largos meses de ensayos y frustraciones. El Abad, hombre de gran paciencia, ya estaba a punto de renunciar a toda la empresa. Pero, como si el destino tuviera sus propios planes, apareció un joven del pueblo. Nadie lo esperaba, pero todos lo conocían. Criado en esas mismas tierras, había sido enviado a estudiar a una gran universidad por orden del gobierno. Su ingenio como científico, físico y matemático le había valido premios internacionales, y aunque joven, su sabiduría superaba con creces sus años. Era la pieza que faltaba para que las ideas comenzaran a cobrar sentido.

El joven, llamado Albert Isaac, se presentó ante el monasterio como si una fuerza premonitoria lo hubiera impulsado. Con paso decidido, pidió hablar directamente con Daniel, el nuevo Prior. Frente a todo el Consejo, Albert dijo con una serenidad sorprendente:

Hermanos, por favor, permítanme vivir con ustedes durante un año entero, y que no se discuta más sobre mi presencia. Solo quiero pertenecer a esta congregación por ese tiempo, por amor a la cultura y la tradición. No me hagan preguntas y les prometo que no interferiré en nada con la labor del monasterio.

La sala quedó en silencio, los rostros de los ancianos reflejaban sorpresa, pero fue el Joven Prior quien, asombrado, rompió el silencio:

¿Sabes acaso para qué has sido invitado a comparecer? —preguntó Daniel, con la curiosidad que solo los sabios jóvenes poseen.

Albert, sin alterarse, respondió con calma:

—Sí, lo sé. Pero si no descubro primero lo que ustedes necesitan, jamás sabré lo que realmente desean.

Hay que reconocer que la integración del joven científico fue ejemplar. En menos de seis meses, su presencia en el monasterio había transformado tanto el ambiente como a los propios monjes. Su actitud discreta, su respeto por las tradiciones y su aguda inteligencia lo convirtieron en una figura admirada por muchos. No pasó mucho tiempo antes de que varios de los maestros y ancianos lo propusieran como monje de la orden. Sin embargo, Albert Isaac, fiel a su carácter, no se daba por aludido. Continuaba con su labor en silencio.

Pasado el año, pidió Albert Isaac, hablar con el consejo, allí expuso que las obras convencionales podían arruinar la imagen del viejo templo pero que si se ponían paneles solares sobre la gran muralla no podían ser visto por nadie y esto los haría autosuficientes. Para beneficiar también al pueblo las luces que debían utilizar debían ser del tipo LED para tener un consumo mínimo, dichas luces solo debían ponerse en las áreas de descanso, servicios y estudios y otra en la entrada sobre el gran portal pero en ningún otro lugar porque realmente no hacían falta, en lugar de grandes ordenadores, él recomendaba Portátiles o Tablets y mejor aún si tenían células fotovoltaicas y se debía hacer un solo contrato para el servicio de internet pero con una empresa que prestase el servicio satelitalmente o no podrían afrontar los costos.

Después de decir esto Los Ancianos preguntaron cuales podían ser los beneficios reales de implementar todo esto y cuanto podía ser el costo real.

Albert se levantó y, con voz firme pero respetuosa, dijo:

—Mis respetados maestros, los beneficios que esto nos brinda son incalculables. Yo tuve que salir a la gran ciudad en busca de conocimiento, pero lo que encontré fue una sociedad contaminada y alienada. Pocos jóvenes allí están forjando un futuro real. En cambio, aquí, en este hermoso campo, las mentes de los jóvenes son fértiles, como la tierra más rica. Ustedes son los mejores maestros que existen, porque su visión del mundo es justamente lo que se busca ahora. Por eso creo que, en poco tiempo, podríamos abrir una universidad que mantenga la filosofía budista, bajo su supervisión.

Albert hizo una pausa, para que sus palabras resonaran en el Consejo, antes de continuar:

—Aquellas contaminaciones que vienen a través de internet pueden ser fácilmente excluidas con la adecuada orientación. Y lo mejor de todo es que el costo total de la obra será solo una cuarta parte de lo que querían cobrar las empresas eléctricas.

(4 de Espadas: Los cambios o treguas por entendimiento, Hacer un alto en el camino para descansar o cambiar el rumbo del destino.)

4 de Espadas  en el Amor: Respeta para que te respeten.

En el Dinero: Las mejores oportunidades son solo para los que las buscan.

En la Salud: Los cambios son siempre buenos, lo correcto es buscar los menos dolorosos.

Un fuerte abrazo, que Dios los bendiga y feliz día

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