Nota importante:
En Cada entrada interpretamos una baraja diferente del Tarot, A través de Daniel, sus peripecias y lecciones de vida conectamos directamente con la interpretación de las cartas.
Las fui realizando cada día y retirando las anteriores cartas, pese a que algunas, decidieron repetir más no así en la historia. Espero que las disfruten y veremos que nuevas sorpresas nos trae “El Tarot” para el Futuro.
Que Dios los bendiga.
10 DE OROS
Se rumoreaba en la comarca que el señor Gold Daimond estaba muy enfermo y que nadie quería hacerse cargo de él. Como suele suceder con muchos millonarios, había repartido su herencia entre sus hijos, su esposa y sus amantes. Sin embargo, una vez que cada uno recibió lo que le correspondía, lo despreciaron como si fuera un perro con sarna.
A las puertas del monasterio se presentó una anciana que suplicaba ayuda, pues ya no tenía ni alimentos ni fuerzas para cuidar de ese hombre tan gordo y grande. Conmovidos por su historia, Daniel y otro joven monje llamado Innocent Smile fueron enviados a evaluar la condición del enfermo y a ofrecer su ayuda.
La entrada del palacio era del tamaño de un campo de fútbol, con más de cien carruajes desvencijados, animales famélicos y otros ya raquíticos, aún atados en las caballerizas, como si hubieran sido sacados de una novela de Dante. Un hedor a moho y descomposición impregnaba el lugar, y las moscas revoloteaban por los restos putrefactos. Cuanto más se adentraban, más parecía un parque de terror. Los propios habitantes del pueblo, si no eran los hijos del anciano, habían arrancado puertas y ventanas; no quedaban cuadros ni objetos de valor. Las tejas del techo habían sido sustraídas una a una.
Al final de las ruinas, una gran cama de cedro albergaba a un anciano que superaba los dos metros de altura. Su gordura recordaba a un luchador de sumo. Se podía llegar a él simplemente siguiendo el olor que desprendía su cuerpo y lo que había sido su colchón de heno, ya desnudo por las inclemencias del tiempo y quemado por el sol. Aquella pobre figura yacía en una sola posición desde hacía mucho tiempo.
Daniel y Innocent se pusieron manos a la obra, buscando dos caballos y unas tablas. Ataron al pobre hombre por todos lados y, con una paciencia inaudita, comenzaron a rodarlo hasta la camilla improvisada. Luego lo metieron en una carreta y lo llevaron al río, donde pasaron horas lavándolo. Sin embargo, al llegar al hospital del pueblo, el médico se negó a atenderlo porque no tenía dinero, a pesar de que él había sido el gran benefactor del dispensario durante más de 50 años.
Finalmente, los dos monjes lo trasladaron al monasterio, donde se le colocó bajo el cuidado de los maestros de mayor rango.
Pasadas tres semanas, los jóvenes se dirigieron a los aposentos del señor Diamond para ver cómo se encontraba. Al entrar, se encontraron con un gran hombre sentado en un sillón, vestido con ropas de monje y luciendo una gran corona de oro. Ante esta escena, Daniel, algo molesto, dijo:
—Respeten a este hombre. No es justo que ustedes, maestros del budismo, se burlen de él.
—Joven Daniel, no te enojes. Mis viejos amigos me han acogido como uno más. No lo sabes, pero muchos de ellos son compañeros de infancia. Como sabrás, yo también fui un gran benefactor de este monasterio, y hoy me han honrado con la ceremonia de «Buda Viviente», en reconocimiento a mis acciones pasadas y al desprecio que recibí de aquellos a quienes favorecí. Lamento ser una carga para ustedes, pero me he dado cuenta de que amasar fortunas solo me sirvió para ayudar a los de afuera y corromper a los de adentro.
El anciano continuó, su voz cargada de emoción:
—Creí que moriría en aquella cama, pero la anciana que me cuidaba entró a robar un caballo y escuchó mis quejidos. No se despegó de mí por semanas, solo cuando vino a buscar ayuda. Quiero que consigan ayuda para ella y le entreguen este documento. Mi último deseo es que el palacio, sus tierras y los animales que quedan sean para ella. Yo he de morir aquí con ustedes y espero poder saldar mi gran deuda con la humanidad, pues he hecho de mis propios hijos y familiares a los seres más ruines de esta tierra.
10 de Oros…Cuando se descubre que no todo es dinero en la vida.
10 de Oros en el Amor: Falta poco para cambios importantes, pero debes insistir.
En el Dinero: Estudia y aprende algo nuevo cada día.
En la Salud: Aprende a escuchar lo que se te dice, que es muy diferente a oír.
Feliz día, un fuerte abrazo.
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* La Imagen corresponde a Wuan Yu Dios de la Guerra o Buda de la Guerra, del Budismo Chino