Un día el joven Daniel no quería hacer nada, amaneció con las pulgas revueltas y hasta la más leve de las brisas le molestaba, por andar así, no se dio cuenta que dejo las llaves de su habitación dentro antes de cerrar la puerta, tuvo que romper un cristal para colarse dentro, evidentemente se hizo una pequeña herida, pero ya con las llaves en la mano salió y tiro de sopetón la puerta, atrapando un dedo de la mano y arrancando una uña que volaba por los aires. Daniel ya parecía un tren descarrilado, mientras bajaba las escaleras del templo. En eso, el viejo maestro le llamo la atención y nuestro joven amigo, intento detenerse en seco, pero, al final, lo tuvieron que ayudar a levantar 5 escalones más abajo. El aprendiz entre sollozos le dice al viejo maestro, Alguien me ha echado una mala pava y si lo llego a descubrir se las verá conmigo, ¡tanta mala suerte es obra de algún desapacible!; el maestro se hecho a reír y esa, fue la gota que faltaba, Daniel descargo toda su ira contra el viejo y entre insultos y golpes, por fin Daniel callo vencido en el piso con un terrible dolor que le comenzaba en la cabeza, pero terminaba como un taladro entre sus vísceras.
El Maestro pacientemente levanto a Daniel del piso y lo llevo a su aposentó, curo sus heridas mientras tanto, Daniel, llorando le dijo al viejo, ahora seguro me botan del monasterio, lo he agredido a usted, levantado la voz, solo he hecho el ridículo, pero el mentor, apaciblemente le replico, “Daniel”, aquí todos somos humanos y de haber alguno que no lo sea, «seguro», este no sería su camino. Todos tenemos un día malo, todos amanecemos en algún momento descontentos, pero la ira y la rabia interior se reproducen en el mundo exterior como la mala hierba. Cuanto más mal te sientas por dentro así, haz de pausar más tu respiración, calmar tu pensamiento y reconocer tu centro. «El sabio» utiliza esa fuerza en su beneficio y reconoce que es momento de cambios, pero aquel que está perdido se dejara dominar por el calor de su sangre y con ello solo cultivara “Dolor y soledad”. (La Ulcera, 5 de Bastos)
Mañana en el Amor: Si puedes, ventila tu casa, lávala con olores de vainilla, lavanda o mandarina, intenta salir a caminar de 10 a 30 minutos, mejor si estas acompañad@. En el Dinero: En algunos momentos los prejuicios entorpecen la prosperidad. No pienses que un empleo es demasiado o muy poco para ti. En la Salud: Todo padecimiento físico es consecuencia directa de una actitud y si la corriges, cambiaras tu vida.
Un fuerte abrazo, que Dios los bendiga y feliz día
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