Pasaba Daniel por un estrecho camino, a lo lejos se escuchaban los gritos de un muchacho, al acercarse más, podía ver como se dibujaba una choza prácticamente en ruinas, en la puerta estaba el muchacho que le soltaba alaridos a su madre; “Yo no tengo que estudiar”, ¿para qué?, ¿no vez que somos unos pobres desgraciados?, “yo quiero irme a la gran ciudad y tú eres una maldita desgraciada”, “me quieres aquí como tu esclavo”, desde que papa murió, no tengo vida con mis amigos, todo es cuidar esta inmunda granja, mejor es que me muriera para ver a quien vas a manipular con tus achaques de vieja, a mí que me interesa saber cómo se lleva esto, si es que cuando tu mueras, lo vendo o lo regalo yo no quiero esta porquería.
Daniel ya estaba acostumbrado a estas escenas, cada joven tiene su momento pero por lo general, las palabras no cambian. Como su filosofía le prohibía intervenir sin la bendición de alguno de los afectados, simplemente prosiguió su camino.
Pasados unos días paso el maestro otra vez por la granja, en ese momento pudo ver a la madre con un cabello largo pero recogido de un color plata profundo, su espalda ya partida por los años y el trabajo, la mujer batía copiosamente la leche para producir la esencial mantequilla, la anciana vio al monje a lo lejos y le hizo señales, evidentemente él se acercó prontamente.
– Joven podría ayudarme con la mantequilla, mi cuerpo no aguante, yo a cambio le daré cobijo y de comer, tengo un problema, hace unos días mi amado hijo partió a estudiar a la gran ciudad pero una cobra real, lo mordió en los arrozales, ya él está fuera de peligro pero ahora yo he de hacer la labor de los 2, usted comprenderá que aun cuando es poco, es todo lo que tengo para heredar a mi lindo niño, aún recuerdo el día que lo vi salir de mis entrañas, es el mejor muchacho del mundo, yo solo espero vivir para ver a una mujer que se lo merezca, pronto estará recuperado del todo, pero yo no quiero esta labor para él, solo deseo que estudie para que mañana tenga gente que trabaje para él. (6 de Copas) El amor incondicional.
Mañana en el Amor: Cuando tengas una crítica para decir, busca siempre las mejores palabras y cuando tengas algo bueno que decir, “NO TE CALLES”, en el Dinero: No siempre podemos hacer lo que queremos, pero si aprendes a amar tus momentos, pronto todo cambiara a tu favor. En la Salud: El rencor en contra de familiares o amigos es más frecuente de lo que crees, pero esta actitud, corroe el cuerpo como el ácido al metal. Perdona y comienza a vivir.
Un fuerte abrazo, que dios los bendiga y feliz día
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