De repente se armó un gran revuelo en el Templo, un hombre a caballo traía una noticia para uno de los aprendices, ya los maestros habían visto venir a muchos de estos correos y sabían que las noticas no eran buenas, pronto avisaron al “Prior” y en pocos minutos ya los dos se encontraban solos en el gran salón, el pobre jinete aún ni había secado el sudor de su frente, ni agua se le había ofrecido; después de hacer reverencia, dio la fatídica noticia, “El padre de Daniel había fallecido al volcar su carreta. El Sumo Sacerdote sabía que esa era la prueba más grande que jamás pasaría el muchacho y que estaban ante las puertas de una de las más injustas deserciones de un pupilo. Ordenó pues mandar a llamar al maestro asignado y al joven, ellos deberían entrar juntos al recinto y nadie podía avanzar lo sucedido.
El joven sabía que si el “Prior” los llamaba era porque algo había hecho mal y no comprendía (en esos días no había metido la pata en nada)
Daniel, el mensajero ha venido a notificarte que tu inestimable padre a fallecido víctima de un accidente, el joven con los ojos empapados en lágrimas, grito, “Gracias Dios mío” y con la misma calló tendido en el piso envuelto en sollozos, pasados unos momentos, el “prior” aún asombrado y en compañía del maestro y el mensajero le pregunto al aprendiz, ¿el porqué de su reacción?
“Gran Maestro”, nacemos para morir, puede ser con buena vida o con sufrimientos y usted me dijo que mi padre a muerto a consecuencia de un accidente, que lo pudo mutilar o incluso dejar inútil por años y nada ni nadie puede quitarme todos los momentos bellos de nuestra unión, yo elegí conscientemente a ese padre antes de nacer y pese a que no lo recuerdo, ya sabía que en este momento nos separaríamos. No se confunda, “Prior” el dolor que siente mi alma es grande y me costará sobreponerme, pero aquello que nos desunió en la vida, me acerca más a él desde este momento. Quisiera pedir permiso para ir con mi maestro unos días a rendir respetos a mi madre y mis hermanos para luego regresar y seguir con mis estudios.
Ante esto El Frater Luminatum”, pidió su carruaje, una escolta de 36 maestros con sus pupilos e ir a rendir honores ante la familia de Daniel.
“Prior” yo no soy digno de su carruaje y mi familia tampoco lo es, de un cortejo de tal magnitud.
Joven con tu respuesta te haces digno de mucho más, que lamentablemente no tengo para honrar a tu familia por tu padre y por haberte dado la vida a ti. Son tus palabras y tus pensamientos los que te hacen digno. Son muchas las veces que yo he tenido que dar esta información que como tú comprendes, es de gran desgracia, pero solo en este momento he escuchado dar gracias a Dios y más aún con tal dignidad. Llevaras a casa 500 monedas de oro y 12 sacos de arroz, desde este momento el monasterio se hará cargo de tu familia hasta que el menor de tus hermanos tenga 18 años y cuando tu madre lo desee oportuno, será recibida como monja en este mismo templo, pues ellos han dado vida a la consciencia sobre esta tierra.
Mañana en el Amor: Aquel que solo ve lodo, se pierde la belleza del “Loto”. En el Dinero: Las mejores oportunidades de nuestra vida, siempre vienen acompañadas de un velo de incertidumbre. En la Salud: Da gracias a Dios por los inconvenientes que tengas, pues siempre pudo haber sido algo peor.
Que Dios los bendiga, Feliz día y un fuerte abrazo
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