Predicción del Tarot para el fin de semana 13 y 14 de diciembre de 2014, “3 de Oros”

 

Daniel era aún un niño muy pequeño pero ya se notaba esa fuerza que manaba de Él como la lava de un volcán, aquel chiquillo lo jurungaba todo y con todo se entretenía, en su boca prácticamente solo se le conocía una estrofa: ¿Por qué?

En poco tiempo se daría un acto que solo se repetía cada 20 años, todos los monjes se preparaban con ahínco, el ganador recibía becas de estudio y enseñanzas especiales de gran cantidad de los maestros Budistas de toda Asía. Se trataba de un concurso de creatividad, proyectar una estructura tipo templo, casa, edificio, comercio, pero tenía que ser verdaderamente posible su construcción, lo increíble era que aquellos planos se escondían como tesoros, así pues los monjes que “no solo ganaban”, sino que con el pasar de los años veían realizado su sueño, gozaban de gran prestigio.

Daniel quería participar en dicho concurso, pero todos entendían que el chiquillo, no tendría oportunidad alguna, pero insistió tanto ante su maestro protector, e incluso ante el “Prior”, al que no dejo de dar la lata por los pasillos durante días. Una mañana el “Sumo Sacerdote” le dijo “Ve Daniel deja tu clase y prepara tu proyecto”, el travieso muchacho no dio tiempo a los pies cuando ya había emprendido la carrera.

Con su amiga Rebeca; Daniel pasaba horas jugando en el río del valle y siempre buscaban alguna forma ingeniosa para hacer llegar el agua hasta el elevado templo pues cada monje debía bajar 2 veces al día con 2 sendos cubos a la espalda, habían ideado teleféricos con poleas, abrir túneles o zanjas desde kilómetros atrás al remontar el caudaloso río, molinos de agua, pero ningún plan podía abarcar la distancia o la economía del monasterio.

Daniel sabia claramente cuál era su idea pero no como plasmarla o concretarla, intentaba vanamente aprender de sus mayores, pero o no tenían tiempo o no querían ayudar al muchacho.

Pasadas 3 semanas y ya con el tiempo agotado, uno a uno los monjes entregaban su proyecto y él más chico espero pacientemente pues era la última presentación por ser el último elegido.

Durante un sueño Daniel recordó que: un día soplando agua por una rama de bambú se dio cuenta de que si la iba angostando en la punta, salía el agua con mucha más fuerza y allí estaba toda la clave.

Por fin llegó el momento del niño Daniel, muy serio veía a sus maestros, pero este era su momento de gloria, en sus manos tenía un papel rayado mil veces, una varita de Bambú, la cara sucia porque en la espera se comió un mango, que al parecer, se peleó con él. Pero sin perder tiempo dijo “quiero dotar de agua al templo”, me parece un desperdicio de esfuerzo y tiempo de mis mayores el tener que buscar el agua hasta su fuente y quiero que desde mañana se adapte al molino un aspa rotativa que active un gran fuelle de acordeón con una solapa móvil en la parte de abajo absorbería el agua del río y la canalizaría a través de una larga tubería de bambú hasta el templo y para que no colapsara el sistema, cada 12 metros debe hacerse un centímetro más fina la tubería, por lo cual llegaría arriba 6 veces más agua de la necesaria sin esfuerzo, el molino ya estaba construido pues servía el que ya se utilizaba para moler, el fuelle se podía hacer con cuero curtido del que les regalaban los aldeanos, el tiempo de la obra lo calculaba en un mes con 30 hombres y el Bambú salía gratis, su resistencia a los elementos estaba lo suficientemente probada. Daniel también ideo que la tubería debía recorrer  toda la gran muralla por la parte superior y en las cuatro esquinas, así como en el medio de los grandes muros, debía bajar una fina caña o tubería de Bambú con un corcho en las puntas, esto para no desperdiciar el vital líquido y mantener el piso del templo lo más seco posible.

“El Prior” y todos los maestros se quedaron atónitos un niño de tan solo 6 años acababa de solucionar un problema que tenía siglos y que podía beneficiar no solo al templo sino a miles de aldeas de toda Asia.  Sin dar tiempo a Daniel, “El Anciano Sabio”, alzo su báculo y dijo a los presentes: “Manos a la obra”, llamen a todos los monjes y a los aldeanos durante este fin de semana deben estar listas todas las obras y efectivamente ese mismo lunes ya tenían agua en el monasterio y en la aldea. (3 de Oros) (La Inteligencia Creativa y  veloz) (Las Reformas).

Este fin de semana en el amor: Cuando desees a una persona o algo, no solo lo debes llevar en tu mente sino también en tu corazón. En el Dinero: Piensa, cree, crea y luego podrás disfrutar de tus éxitos. En la Salud. Aceptar los cambios imprevistos de la vida ,es una de las herramientas para tener un mejor porvenir.

Feliz fin de semana, que Dios los bendiga y un fuerte abrazo

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